Apostolado

Conjunto de doce imágenes de vestir talladas y policromadas por Antonio Joaquín Dubé de Luque entre los años 1995 y 2005. Están realizadas en madera de cedro las cabezas, las manos y los pies, y en pino de Flandes los cuerpos. La policromía, al óleo, la aplicó el mismo autor. Se combinan imágenes de candelero con imágenes de cuerpo entero.


San Judas Tadeo

Imagen de candelero. Se presenta de pie, al lado izquierdo del Señor de la Eucaristía, cuando procesiona el paso de la Sagrada Cena. Sin embargo, por la mucha devoción que se le profesa, el resto del año recibe culto en un altar independiente en la parroquia de Santiago. Porta en su mano derecha un hacha en orfebrería, atributo de su martirio. Viste túnica de terciopelo verde y mantolín de color rojo. Fue bendecida el 19 de octubre de 1995. Su fiesta se conmemora el 28 de octubre, aunque el 28 de cada mes se celebra misa en su honor.

San Judas Tadeo es quien, en la Última Cena, preguntó al Señor acerca de la elección de los doce como discípulos, a lo que el Señor le respondió: "El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él". Apenas tenemos referencias del santo. La tradición le atribuye una carta recogida en el canon del Nuevo Testamento.

Es de los apóstoles menos conocidos, cuando, paradójicamente, se cuenta entre los más próximos al Maestro, pues es uno de sus primos. La tradición es bastante cierta en el caso de Judas Tadeo, ya que de las Escrituras se deduce que su padre, Alfeo, era hermano de san José; mientras que su madre, María de Cleofás, era prima de la Virgen.

Refiere la leyenda que los templos de la ciudad de Suamir estaban poblados de ídolos. Simón y Judas Tadeo fueron apresados: el primero fue conducido al templo del Sol, el segundo al de la Luna, con el fin de que les prestasen adoración. Pero, ante la presencia de los apóstoles de Cristo, los ídolos se derrumbaron estrepitosamente. De sus deshechas figuras salieron, gritando rabiosamente, los demonios en forma de etíopes. Los sacerdotes paganos despedazaron a los apóstoles. El azul del cielo se enlutó y una tempestad hizo perecer a una gran multitud de gentiles. El rey, convertido al cristianismo, levantó un suntuoso templo, donde reposaron los cuerpos de los santos apóstoles hasta que fueron trasladados a la basílica de San Pedro de Roma.

Judas Tadeo se ha convertido en uno de los santos más populares por los favores que concede a la gente. Esta devoción la vivió ya en su vida santa Brígida. Se puede leer en su libro "Las revelaciones" el profundo respeto y devoción por este apóstol del siglo I de nuestra era.

San Judas escribió poco. Tan solo una carta suya se encuentra en la Biblia. La finalidad de su escrito es una crítica severa contra los gnósticos, una herejía que separa lo físico de lo espiritual: lo físico o corporal es malo y lo espiritual es lo bueno; y los dos provienen mediante emanaciones del mismo Dios. Su carta termina con estas palabras: "Sea gloria eterna a nuestro Señor Jesucristo, que es capaz de conservarnos libres de pecados, y sin mancha en el alma y con gran alegría".


San Juan

Imagen de candelero. Se sitúa a la derecha del Señor, arrodillado a sus pies en actitud de adoración ante el misterio que acontece delante de sus ojos. Viste túnica de terciopelo verde oscuro y mantolín burdeos. Fue bendecida el 27 de diciembre de 1995, coincidiendo con su fiesta litúrgica, por D. Felipe Fernández Peña, con quien concelebró D. Pedro Tovar Domínguez.

San Juan Evangelista, a quien se distingue como "el discípulo amado de Jesús", era un judío de Galilea, hijo de Zebedeo y hermano de Santiago el Mayor, con quien desempeñaba el oficio de pescador.

Junto con su hermano Santiago, se hallaba Juan remendando las redes a la orilla del lago de Galilea, cuando Jesús, que acababa de llamar a su servicio a Pedro y a Andrés, los llamó también a ellos para que fuesen sus apóstoles. El propio Jesucristo les puso a Juan y a Santiago el sobrenombre de Boanerges, o sea, "hijos del trueno" (Lucas 9, 54), aunque no está aclarado si lo hizo como una recomendación o bien a causa de la violencia de su temperamento.

Se dice que san Juan era el más joven de los doce apóstoles y que sobrevivió a todos los demás. Es el único que no murió martirizado.

En el evangelio que escribió se refiere a sí mismo como "el discípulo a quien Jesús amaba", y es evidente que era de los más íntimos de Jesús. El Señor quiso que estuviese, junto con Pedro y Santiago, en el momento de su transfiguración, así como durante su agonía en el huerto de los olivos. En muchas otras ocasiones, Jesús demostró a Juan su predilección y su afecto especial. Por consiguiente, nada tiene de extraño desde el punto de vista humano que la esposa de Zebedeo pidiese al Señor que sus dos hijos llegasen a sentarse junto a Él en su reino, uno a la derecha y el otro a la izquierda.

Juan fue el elegido para acompañar a Pedro a la ciudad a fin de preparar la cena de la última pascua y, en el curso de aquella última cena, Juan reclinó su cabeza sobre el pecho de Jesús y fue a él a quien el Maestro indicó, si bien la pregunta la había formulado Pedro, el nombre del discípulo que habría de traicionarle. Es creencia general que era Juan aquel "otro discípulo" que entró con Jesús ante el tribunal de Caifás, mientras Pedro se quedaba afuera. Juan fue el único de los apóstoles que estuvo al pie de la cruz con la Virgen María y con las otras piadosas mujeres, y fue él quien recibió el sublime encargo de tomar bajo su cuidado a la Madre del Redentor. "Mujer, he ahí a tu hijo", murmuró Jesús a su Madre desde la cruz. "He ahí a tu madre", le dijo a Juan. Y desde aquel momento, el discípulo la tomó como suya. El Señor nos llamó a todos hermanos y nos encomendó el amoroso cuidado de su propia Madre, pero entre todos los hijos adoptivos de la Virgen María, san Juan fue el primero. Tan solo a él le fue dado el privilegio de llevar físicamente a María a su propia casa como una verdadera madre y honrarla, servirla y cuidarla en persona.


Santiago

Imagen de candelero. Se presenta de pie a la derecha del Señor. Viste túnica de terciopelo azul oscuro y mantolín blanco. Fue bendecida el 27 de diciembre de 1996 por D. Pedro Tovar Domínguez y D. Felipe Fernández Peña. Su fiesta se celebra el 25 de julio.

Santiago, hermano del apóstol Juan, es llamado "el Mayor" para distinguirlo del apóstol homónimo, Santiago hijo de Alfeo. Su vida cambia radicalmente cuando acoge la invitación de Jesús a convertirse en "pescador de hombres". Caminando más allá –se lee en el Evangelio según Mateo– Jesús "vio a dos hermanos, Santiago de Zebedeo y Juan su hermano, que, en la barca junto a Zebedeo, su padre, doblaban las redes. Y enseguida, dejando la barca y al padre, lo siguieron". De carácter impetuoso, él y su hermano fueron llamados por el mismo Jesús con el apelativo de "hijos del trueno".

Santiago es testigo de la gloria de Jesús durante la transfiguración y de la agonía de Jesús en el huerto de Getsemaní. Jesús les preanuncia el martirio. "¿Podéis beber –escribe Mateo– el cáliz que yo he de beber?". Santiago y Juan le respondieron: "Podemos". Su muerte es descrita en los Hechos de los Apóstoles: "En aquel tiempo, el rey Herodes comenzó a perseguir a algunos miembros de la Iglesia. Mandó asesinar con la espada a Santiago, hermano de Juan". Después de la decapitación, según la leyenda áurea del fraile dominico Jacobo de Vorágine, su cuerpo es trasladado a Hispania, concretamente a Iria Flavia, donde sus discípulos lo depositan y construyen una sepultura en el bosque de Liberum Donum.

Según la tradición, en el 831, después de un prodigioso fenómeno luminoso, un ermitaño de la zona llamado Pelayo descubre un sepulcro con la inscripción: "Aquí yace Jacobus, hijo de Zebedeo y de Salomé". Impresionado por el descubrimiento, informa de este hecho a las autoridades, entre ellas al obispo Teodomiro. Y la noticia llega incluso a oídos del mismísimo rey Alfonso II, apodado «el Casto», quien se desplaza al lugar desde su corte en Oviedo y corrobora que se trata de los restos del apóstol. El lugar fue denominado campus stellae ("campo de la estrella"), nombre del cual derivará después el de la ciudad de Santiago de Compostela. En 1075 se inicia la construcción de la basílica dedicada al apóstol, que, desde la Edad Media, es meta de peregrinaciones, antes de toda Europa y ahora de todas partes del mundo.


San Pedro

Imagen de candelero. Se sitúa en el lado izquierdo del Señor, arrodillado a sus pies en actitud de adoración ante el misterio que acontece delante de sus ojos. Viste túnica de terciopelo morado y mantolín dorado. Fue bendecida el 22 de marzo de 1997 por D. Pedro Tovar Domínguez. Su fiesta litúrgica se celebra el 29 de junio.

Simón, hijo de Jonás y hermano de Andrés, fue el primero de entre los discípulos que confesó a Cristo como Hijo de Dios vivo, y por ello fue llamado Pedro. Era pescador y Jesús lo llamó a ser pescador de hombres, para dar a conocer el amor de Dios y su mensaje de salvación. Pedro aceptó y siguió a Jesús. Su nombre era Simón; Jesús lo llamó Cefas, "piedra", y le dijo que sería la piedra sobre la que edificaría su Iglesia. Es por ello por lo que lo conocemos como Pedro.

Vivió momentos muy importantes junto a Jesús:

  • Presenció la transfiguración del Señor.
  • Vio a Jesús cuando caminó sobre las aguas. Él mismo lo intentó, pero, por desconfiar, estuvo a punto de ahogarse.
  • Estuvo presente cuando apresaron a Jesús y lo defendió de los soldados.
  • Negó a Jesús tres veces, por miedo a los judíos, pero después se arrepintió de haberlo hecho.
  • Fue testigo de la resurrección de Jesús.
  • Jesús, después de resucitar, le preguntó tres veces si lo amaba, y las tres veces respondió que sí. Entonces, Jesús le confirmó su misión como jefe supremo de la Iglesia.
  • Estuvo presente cuando Jesús subió al cielo en la Ascensión y permaneció fiel en la oración esperando al Espíritu Santo.
  • Recibió el Espíritu Santo el día de Pentecostés y, con la fuerza y el valor que le entregó, comenzó su predicación del mensaje de Jesús.
  • Realizó muchos milagros en nombre de Jesús.

Después de recibir los dones del Espíritu Santo, se trasladó de Jerusalén a Antioquía y fundó su comunidad cristiana. Más adelante, viajó a Roma, donde continuó su labor. Aceptó con humildad su misión hasta su muerte como mártir. Pedro pidió ser crucificado de cabeza, porque no se consideraba digno de morir como Jesús. Fue sepultado en la Colina Vaticana, cerca del lugar de su martirio. Allí se construyó la basílica de San Pedro, centro de la cristiandad. En los Hechos de los Apóstoles, se narran varias hazañas y milagros públicos de san Pedro como primer jefe de la Iglesia.

San Pedro escribió dos cartas o epístolas que forman parte de la sagrada Escritura.


San Felipe

Imagen de cuerpo entero con la nota característica de ser pelirrojo y con ojos azules. Se presenta sentado a la mesa contemplando al Señor de la Eucaristía. Se firma el contrato de ejecución el 3 de junio de 1997 y se recoge en el taller de Dubé de Luque el 28 de marzo de 1998. Fue bendecida el 4 de abril de dicho año, junto a la de san Bartolomé, por D. Felipe Fernández Peña, entonces delegado Diocesano de Hermandades y Cofradías. Viste túnica de terciopelo rojo y mantolín del mismo material en blanco.

Felipe, que, al igual que Pedro y Andrés, había nacido en Betsaida, era discípulo de Juan Bautista y fue llamado por el Señor para que le siguiera. Después de la Ascensión, Felipe recibió el Espíritu Santo en Pentecostés y evangelizó la región de Frigia, actualmente Turquía, Hungría, Ucrania y el este de Rusia. Fue martirizado y murió crucificado y apedreado en Hierápolis. En el siglo VI, las reliquias del apóstol fueron llevadas a Roma y colocadas en la basílica de los Doce Apóstoles. Su fiesta se celebra el 3 de mayo.


San Bartolomé

Imagen de cuerpo entero que se presenta sentado a la mesa contemplando al Señor de la Eucaristía. Se firma el contrato de ejecución el 3 de junio de 1997 y se recoge en el taller de Dubé de Luque el 28 de marzo de 1998. Fue bendecida el 4 de abril de dicho año, junto a la de san Felipe, por D. Felipe Fernández Peña, entonces delegado Diocesano de Hermandades y Cofradías. Viste túnica de terciopelo rojo y mantolín del mismo material en azul.

Fue uno de los doce apóstoles, mencionado sexto en tres de los Evangelios (Mateo 10, 3; Marcos 3, 18; Lucas 6, 14) y séptimo en los Hechos de los Apóstoles (1, 13). Generalmente, se identifica con Natanael, que significa "regalo de Dios".

Nacido en Caná de Galilea (Jn 21, 2), fue presentado a Cristo por Felipe en las cercanías del Jordán, donde el Señor le invitó a seguirle y lo agregó al grupo de los doce (Jn 1, 47-51). Los Hechos de los Apóstoles mencionan también su presencia en Pentecostés (1, 13). Después de la Ascensión del Señor, la tradición cuenta que predicó el Evangelio en la India y que allí fue coronado con el martirio (s. I). Todavía con vida le arrancaron la piel y fue decapitado por el rey Astyages en Derbend. Según se cree, este martirio ocurrió en Abanopolis, en la costa occidental del mar Caspio, después de que hubiera predicado también en Mesopotamia, Persia y Egipto.

Las reliquias de san Bartolomé, según una tradición, fueron enterradas en la isla de Lipara y eventualmente fueron trasladadas a Benevento (Italia) y después a Roma, donde ahora están en la iglesia de San Bartolomé, en la "Isola San Bartolomeo" del río Tíber. Su fiesta se celebra el 24 de agosto.


San Mateo

Imagen de cuerpo entero, bendecida el 27 de marzo de 1999 por D. Felipe Fernández Peña. Viste túnica de terciopelo morado y mantolín de terciopelo verde.

Llamado antes Leví, era hijo de Alfeo (Mc 2, 14) y estaba al servicio de Herodes Antipas en Cafarnaúm, su ciudad natal. Al ser invitado por Jesús para seguirle, dejó su oficio de publicano (Mateo 9, 9; Marcos 2, 14; Lucas 5, 27-29), esto es, recaudador de impuestos (oficio muy odiado entre los judíos). Elegido entre los apóstoles (aparece en séptimo lugar en Mc 3, 18 y Lc 6, 15; y en octavo lugar en Mt 10, 3), escribió un evangelio en el que se proclama principalmente que Jesucristo es hijo de David, hijo de Abrahán, lo cual da plenitud al Antiguo Testamento. El fin del Evangelio de san Mateo es probar que Jesucristo es el Mesías o Salvador anunciado por los profetas en el Antiguo Testamento, de ahí que este evangelio fuera escrito especialmente para la comunidad judía de Palestina y Siria, y de ahí que el idioma en el que se expone sea el arameo.

Según la tradición, san Mateo evangelizó varias regiones: primero a los judíos de Judea (Eusebio de Cesarea), donde en los años 80 del siglo primero escribe su evangelio. Después, a los partos, de Persia, y probablemente en Etiopía (según el Martirologio Romano), donde llegó a convertir a la hija del rey (santa Ifigenia) y sufrió el martirio. Según las versiones, habría sido decapitado, atravesado por la espada, lapidado o muerto en la hoguera. Sus reliquias fueron trasladadas de Etiopía a Paestum, y luego, en el siglo X, a Salerno, de donde es patrón. Su fiesta se celebra el 21 de septiembre.


San Andrés

De cuerpo entero, aunque sentado, muestra actitud de asombro y fascinación ante el gesto del Señor de la Eucaristía. La imagen fue recogida en el taller del imaginero el 7 de marzo y bendecida el sábado 25 de marzo del año 2000 por D. Pedro Tovar Domínguez, entonces párroco de Santiago el Mayor y director espiritual de la cofradía, en una eucaristía en la que concelebró D. Rafael Barra Borrella, vicario parroquial. Viste túnica de terciopelo color teja y mantolín marrón claro.

Andrés era natural de Betsaida, hermano de Pedro y pescador como él. Fue el primero de los discípulos de Juan el Bautista a quien el Señor llamó junto al Jordán y el primero que le siguió, llevando consigo a su hermano. La tradición dice que, después de Pentecostés, predicó el Evangelio en la región de Acaya, en Grecia, y que fue crucificado en Patrás.

De los doce, el primero en ser sacado de las faenas de la pesca en el lago de Tiberíades para ser honrado con el título de "pescador de hombres" fue precisamente Andrés, junto con Juan. Además del llamamiento, el Evangelio habla del apóstol Andrés otras tres veces: en la multiplicación de los panes, cuando presenta al muchacho con unos panes y unos peces; cuando se hace intermediario de los forasteros que han ido a Jerusalén y desean ser presentados a Jesús; y cuando con su pregunta hace que Jesús profetice la destrucción de Jerusalén.

Después de la Ascensión, la Escritura no habla más de él. La única noticia probable es que Andrés anunció el Evangelio en regiones bárbaras como la Escitia, en la Rusia meridional, como refiere el historiador Eusebio. Tampoco se tienen noticias seguras respecto de su martirio que, según una pasión apócrifa, fue por crucifixión, en una cruz griega.

Igual incertidumbre hay respecto de sus reliquias. Se supone que fueron trasladadas de Patrás, probable lugar del martirio, a Constantinopla, y después a Amalfi. La cabeza, llevada a Roma, fue restituida a Grecia por Pablo VI. Consta con certeza, por otra parte, la fecha de su fiesta, el 30 de noviembre, festejada ya por san Gregorio Nacianceno.


Santiago el Menor

Imagen de candelero, aparece de pie conversando con santo Tomás ante las palabras y gestos del Señor. La entrega el escultor a la cofradía el 17 de marzo y es bendecida el 7 de abril de 2001. Viste túnica de terciopelo verde oliva y mantolín marrón.

Hijo de Alfeo, es apodado "el Menor" para distinguirlo del otro Santiago, hijo de Zebedeo y hermano de Juan. Aparece en noveno lugar en todas las listas de los apóstoles (Mt 10, 3; Mc. 3, 18; Lc 6, 14; Hch 1, 13).

La tradición siempre lo ha identificado con el "hermano del Señor" (Mc 6, 3). Es mencionado por san Pablo en su carta a los Gálatas (Gal 1, 19). Se le identifica también con aquel Santiago a quien se le aparece el Señor resucitado (1 Cor 15, 7). Es el autor de la carta del Nuevo Testamento que lleva su nombre.

Gozaba de gran autoridad en Jerusalén, prueba de lo cual es que san Pedro le manda anunciar su liberación (Hch 12, 17). Junto con Pedro, Pablo y Bernabé, toma la palabra en el concilio de Jerusalén (Hch 15, 13-21). Fue el primer obispo de Jerusalén, ya que con él queda a cargo la iglesia de dicha ciudad después de la dispersión de los apóstoles por el mundo.

La tradición dice sobre su muerte que el sumo sacerdote Anás II le ordenó renegar de Jesús, pero Santiago, que estaba en lo alto del templo, aprovechando la concurrencia, comenzó a predicar el Evangelio. Al escuchar esto, los fariseos y escribas se llenaron de furor y uno de ellos lo empujó desde lo alto. Santiago no muere del golpe, sino que es apedreado mientras ruega a Dios de rodillas por sus asesinos. Como tarda en morir, es golpeado en la cabeza con una maza por un batanero.

Su fiesta se celebra el 3 de mayo, junto con la del apóstol san Felipe.


San Simón

De cuerpo entero, aparece sentado a la mesa con actitud reflexiva. Se contrató su realización el 4 de julio de 2001 y se bendijo el 23 de marzo de 2002. Es el apóstol que quizás tenga el gesto más acentuado de estar centrado en su meditación interior acerca de lo que está sucediendo y de lo que estaba por venir. Su aspecto es de hombre maduro, con lo que se refuerza esa actitud y ese signo de sabiduría. Junto a Judas Iscariote, aparece tocado por turbante hebreo policromado, quizás como signo de ese celo por la ley y las tradiciones judaicas. Viste túnica de terciopelo marrón y mantolín de color granate. Su fiesta se celebra el 28 de octubre.

El único dato cierto respecto de Simón es que es uno de los doce apóstoles elegidos por Jesucristo para que estén con él y para enviarlos a predicar (Mc 3, 13). En las listas de Marcos y Mateo aparece, al final de estas, después de Judas Tadeo y antes de Judas Iscariote; con el apelativo de "el Cananeo" (Mc 3, 18; Mt 10, 4). En el Evangelio de Lucas y en Hechos aparece mencionado después de Santiago el de Alfeo y antes de Judas de Santiago, con el apelativo de "el Zelota" (Lc 6, 15; Hch 1, 13). Ambos apodos significan "celoso", como traducen Lucas y Hechos. Simón podría haber sido un judío celoso por la ley y las tradiciones judaicas, celo que después transformó en ardiente anhelo por el reino predicado por Jesucristo.

Nada sabemos con seguridad sobre en qué lugares predicó el Evangelio y sobre el final de su vida. Según una tradición abisinia, habría predicado en Samaria y habría sido después obispo de Jerusalén. Según la tradición recogida en el Breviario Romano, habría predicado en Egipto, luego en Mesopotamia y en Persia, junto con san Judas, donde habría sufrido el martirio. Murió, según unos, crucificado; según otros, martirizado con una sierra. De una y otra forma lo representan las antiguas reproducciones iconográficas.

Refiere la leyenda que los templos de la ciudad de Suamir estaban poblados de ídolos. Simón y Judas Tadeo fueron apresados: el primero fue conducido al templo del Sol, el segundo al de la Luna, con el fin de que les prestasen adoración. Pero, ante la presencia de los apóstoles de Cristo, los ídolos se derrumbaron estrepitosamente. De sus deshechas figuras salieron, gritando rabiosamente, los demonios en forma de etíopes. Los sacerdotes paganos despedazaron a los apóstoles. El azul del cielo se enlutó y una tempestad hizo perecer a una gran multitud de gentiles. El rey, convertido al cristianismo, levantó un suntuoso templo, donde reposaron los cuerpos de los santos apóstoles hasta que fueron trasladados a la basílica de San Pedro de Roma. Por eso se celebra el mismo día la fiesta de ambos apóstoles.


Santo Tomás

Imagen de cuerpo entero que se muestra abstraído y sorprendido escuchando las palabras que le dirige Santiago el Menor. Destaca en su moreno cabello el tirabuzón que le cae a la derecha del rostro. Fue bendecida el sábado 12 de abril de 2003, víspera del Domingo de Ramos, por D. Juan Manuel Cuadrado Ceballos, párroco de Santiago.

Tomás era judío, pescador de oficio. Tuvo la bendición de seguir a Cristo, quien lo hizo apóstol el año 31. Se conoce a santo Tomás por su incredulidad después de la muerte del Señor. Jesús se apareció a los discípulos el día de la resurrección para convencerlos de que realmente había resucitado. Tomás, que estaba ausente, se negó a creer en la resurrección de Jesús: "Si no veo en sus manos la huella de los clavos y pongo el dedo en los agujeros de los clavos y si no meto la mano en su costado, no creeré". Ocho días más tarde, cuando Jesús se encontraba con los discípulos, se dirigió a Tomás y le dijo: "Pon aquí tu dedo y mira mis manos: dame tu mano y ponla en mi costado. Y no seas incrédulo, sino creyente". Tomás cayó de rodillas y exclamó: "¡Señor mío y Dios mío!". Jesús replicó: "Has creído, Tomás, porque me has visto. Bienaventurados quienes han creído sin haber visto".

El Martirologio Romano, que combina varias leyendas, afirma que santo Tomás predicó el Evangelio a los partos, medos, persas e hircanos, y que después pasó a la India y fue martirizado en Calamina. Su fiesta se conmemora el 3 de julio, cuando la Iglesia celebra la traslación de las reliquias de santo Tomás a Edesa. En Malabar y en todas las iglesias sirias, esa fecha es la de la fiesta principal, pues el martirio tuvo lugar el 3 de julio del año 72.


Judas Iscariote

Imagen de candelero. Se presenta de pie dando la espalda al Señor por su traición. Su actitud es la de abandonar el cenáculo para dirigirse al sanedrín para indicarles el lugar en el que apresar al Maestro. Por eso porta en su mano derecha su atributo iconográfico más característico, la bolsa de las treinta monedas de plata, precio, por cierto, al que eran vendidos los esclavos en Jerusalén. Destaca por el poder de la mirada de su rostro, sus bellas facciones y el acentuado giro del cuello. Junto a san Simón, aparece su cabeza tocada con turbante hebreo. Viste túnica de terciopelo gris y capa de terciopelo color azul agua. La imagen llega a Cáceres el 6 de marzo de 2005, pero no fue bendecida al no ser un santo, sino presentada en el templo de Santiago el sábado 12 de marzo de dicho año, tras la imposición de medallas a los nuevos cofrades y la celebración de la eucaristía. Donada por una persona anónima, fue la última imagen en incorporarse al apostolado.

Judas Iscariote fue uno de los doce apóstoles escogidos por el Señor. Juan dice que Judas era "hijo de Simón" (Jn 6, 71; 12, 4). Según las interpretaciones, el so­brenombre de Iscariote procede de "natural de Queriot" o del término romano "sica", pequeño puñal usado por los zelotas. Por tanto, según esta última versión, el término "iscariote" derivaría del latín "sicarius". El Señor le llamó "diablo": "¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo?" (Jn. 6, 70). Y, también, "hijo de perdi­ción": "[...] ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de per­dición" (Jn. 17, 12).

Después del discurso en la sinagoga de Cafarnaúm, cuando Jesús habló del "pan de vida", "muchos de sus discípulos volvie­ron atrás y ya no andaban con él"; de hecho, Jesús "sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién le había de entregar" (Jn 6, 64).

Judas Iscariote actuaba como tesorero en las actividades del Señor y sus discípulos, a los cuales robaba: "Era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella"; por eso protestó cuando María ungió al Señor con un perfume muy caro, diciendo que se había desperdiciado y que hubiera sido me­jor venderlo por "trescientos denarios" y darlo "a los pobres" (Jn 12, 3-6). Después de este incidente, Judas Iscariote decidió traicionar al Señor ofreciéndose a los sacer­dotes para ayudarles a localizarlo a cambio de una suma de dinero: "¿Qué me queríais dar, y yo os lo entregare?". Ellos "le asignaron treinta piezas de plata" (Mt 26, 14-16; Zac 11, 13). Lo que se buscaba era apresar a Jesús en un momento propicio, sin alborotar al pueblo (Le 22, 6)."

En la noche de la Pascua, el Señor dijo a sus discípulos: "Uno de vosotros me va a entregar" (Mt 26, 21). Y señaló a Judas Iscariote por medio de una indicación convenida con Juan (Jn 13, 21-26). El mismo Judas Iscariote preguntó: "¿Soy yo, Maestro?". Y Cristo se lo confirmó (Mt 26, 25). Satanás entró en Judas Iscariote en ese momento y salió a buscar a los que querían apresar al Señor. Conociendo el lugar donde Cristo iba usualmente, el huerto de Getsemaní, se presentó allí con "una compañía de soldados y alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos" (Jn 18, 1-3), e identificó al Señor por medio de un beso (Mt 26, 47-49).

Cuando Judas Iscariote vio que Jesús era condenado, "devolvió arrepentido las treinta piezas de plata", diciendo "Yo he pecado entregando sangre inocente". Al parecer, esa condena a muer­te no estaba dentro de los planes de Judas Iscariote. Los sacerdotes no quisieron recibir el di­nero, por lo cual "fue y se ahorcó". Pedro dice que "cayendo de cabeza, se reventó por la mitad y todas sus entrañas se derramaron" (Hch 1, 18). Después de la resurrección, los apóstoles escogieron a Matías para ocupar el lugar de Judas Iscariote (Hch 1, 15-26).